Apenas cuatro horas me separan de tomar un avion rumbo a casa. Estoy dividida entre las ganas de volver y reencontrarme con todos vosotros y las ganas de quedarme aqui y continuar el viaje hacia el norte de Vietnam que, segun cuentan, es muy diferete al sur. En fin, que como siempre, hay que dejar cosas por ver y hacer para poder volver. Asi sea.
Mi ultimo dia y medio en la caotica Ciudad de Ho Chi Minh ha transcurrido tranquilo. Ayer, nada mas llegar de Mui Ne, me subi en otro bus en direccion a los tuneles de Cu Chi, a 70 kms al Noroeste de Saigon. Estos tuneles subterraneos fueron construidos por los vietnamitas a lo largo de varios anhos, primero para esconderse y luchar contra los franceses y luego para hacer lo mismo contra los norteamericanos. Vietnam ha estado invadida por enemigos durante decadas. Los vietnamitas iniciaron su pelea por la independencia en la Primera Guerra de Indochina en 1945 y continuaron haciendolo hasta 1975, anho en que finalmente vencieron a los yanquis. Anhos y anhos de muerte y destruccion.
Los tuneles de Cu Chi sirvieron para ocultarse y sobrevivir. Constan de tres niveles: el primero a 3ms bajo tierra, el segundo a 5 y el ultimo a 8 (creo recordar); a mas profunidad, el tunel se hace cada vez mas pequenho. En el primer nivel aun se puede caminar agachado pero en el tercero no hay mas opcion que reptar. Ademas, el aire se hace cada vez mas escaso y la sensacion de asfixia es cada vez mayor. Solo baje al primer nivel y recorri apenas 20m. Cierto es que padezco de cierta claustrofobia pero aun asi, no fui la unica que apenas aguante alli abajo. La angustia es brutal. Entonces solo puedes ponerte en el lugar de los cientos de persona que tenian que permanecer en el tunel durante horas y a veces dias, esperando que el enemigo se retirara de la superficie. No vivian bajo tierra, solo recurrian al inframundo cuando era absolutamente necesario para la supervivencia. Servian como rutas de comunicacion entre diferentes localizaciones del pais y por ellas podian desplazarse de un lugar a otro. Cuesta imaginarlo. Es increible pensar hasta donde llega la creatividad del ser humano y la capacidad de resistencia. Nunca dejara de sorprenderme.
En exterior del Museo para la Memoria de la Guerra, ya en Ho Chi Min, tanques, bulldozers y aviones custodian la entrada. En el interior, cientos y cientos de fotos ilustran lo que aquella fue. En un principio ilusiona ver las fantasticas imagenes de Capa y su retrato con mirada seductora, imagenes de los anhos 40 que conjugan la vida cotidiana de los vietnamitas y la presencia de las tropas enemigas (me fascina la foto en la que un convoy de camiones militares circulan por un camino pasando por delante de un campo de arroz en el que un hombre trabaja la tierra y parece totalmente ajeno a su presencia). Luego, la ilusion se convierte en tristeza al ver hasta donde alcanzo la muerte y la devastacion. Muchos fotografos estuvieron aqui, en el campo de batalla y en un bando y otro, testimoniando lo que acontecia. Pero lo peor de todo no es que el danho infligido se haya quedado en el pasado sino que continua. Los efectos del Gas Naranja, los pesticidas y otros agentes quimicos se prolongan hasta nuestros dias: muchos ninhos nacen aun con malformaciones y enfermedades congenitas, tanto aqui como en los EEUU. Las imagenes al respecto son muy duras y tragicas, igual que dura y tragica debe de ser la vida de quienes lo sufren. Malditas guerras.
Esta noche vere la luna llena desde el avion (o eso espero) para amanecer manhana en Espanha. Llego a casa con el gordo de Navidad y con el turron. Mama, preparame unas lentejas!
Sin mas, me despido de todos vosotros para esperar a deciros de nuevo hola. Esta vez, en persona. Ojala no pase mucho tiempo hasta que me pueda embarcar en otra aventura tan buena como esta. O mejor. Por tanto: hasta pronto!.
PD: Una vez me ubique, me centre y mi ordenador carrule como tiene que hacerlo, intentare colgar alguna foto que muestre un poco cada post.