Ayer me desperte a las cinco de la manhana, como ultimamente vengo haciendo. Aun no habia amanecido y los gallos ya anunciaban el nuevo dia. Es una buena hora para poder remolonear un poquito mas en la cama. No hay agua para darme una ducha asi que bajo a avisar al amable encargado del hostal, quien aun no debe de estar despierto. No hay opcion, hay que salir a la calle. Es un buen momento para hacer fotos del despertar de esta pequenha ciudad. Los monjes budistas se dirigen al templo. Es bonito observar el contraste de sus ropas azafran con el azul de la manhana. El cielo no esta especialmente despejado pero no parece amenazar lluvia. Me animo a hacer la ruta por las islas del Parque Maritimo de Ao Phang-Nga. Contrato un tour pues es las forma mas facil y economica de conocer dicho lugar. En el viaje conozco a Victoria, una hungara que habla un poquito de castellano. Ella y yo somos las unicas pasajeras. Viajamos a bordo de un long boat, una barca de esas alargadas de colores chillones. Nuestro "capitan" es un hombre ya metido en anhos con la mirada marcada por las cataratas. No habla ni palabra de ingles de modo que comunicarse con el resulta complicado, pero no imposible. Nos lleva por el manglar y luego salimos al mar, donde grandes penhones y pequenhas islas dibujan el paisaje. Es en una de ellas donde se rodo The Beach; otra, aparece en una pelicula de James Bond, o mejor dicho el penhon que tiene en frente. Esta ultima es megaturistica, llena de chiringuitos en los que venden todo tipo de conchas marinas y joyas de perlas.
Nos detenemos a comer en una playita y podemos aprovechar para darnos un banho. El agua tiene una temperatura perfecta y el sol nos acompanha en este momento. Por la tarde comienza a llover. Llegamos a Kho Panyee, un pueblo musulman cobijado a las faldas de una peculiar isla. Esta construido sobre pilares en el mar. Yo me detengo alli a pasar la noche; Victoria continua su viaje. En el hotel me dan una habitacion con una gotera. Les pido un cambio y la nueva tiene tres goteras!!! No puede ser verdad. Vuelvo a protestar. No soy especialmente repunante para dormir pero quiero hacerlo seca. Me llevan a una especie de cabanhita apartada. Mucho mejor, aunque el colchon descanse sobre el suelo y la habitacion no tenga mas mobiliario que un ventilador y una mosquitera con tantos agujeros como una red de pesca. Me doy una ducha y me echo una siesta. Estoy exhausta. En la vigilia que precede al suenho oigo al almoacin llamar al rezo.
Cuando me despierto ya casi es la hora de la cena.En la mesa me acompanhan una pareja de Sudafrica. La velada es agradable, tanto como la conversacion que da para la sobremesa, tal y como a mi me gusta. No obstante, pronto nos retiramos a dormir. Leo el libro de Murakami, Tokio Blues, y noto como las olas mecen la cabanha donde me hospedo.
El dia amanece nublado. Las nubes amenazan con lluvia. No me confundo. Haber nacido en Asturias te da cierta sabiduria respecto al cielo, supongo. Parte del trayecto de regreso a Phang-Nga lo hacemos bajo el agua, aunque afortunadamente no tarda en escampar. De vuelta en el pueblo decido alquilar un scooter para ir a recorrer los alrededores. Quiero ver una cascada que hay cerca. Me pierdo buscandola (como no) pero finalmente doy con ella, despues de tratar de hacerme entender con cada aldeano que encontraba en mi camino. Vaya "waterfall"! Yo diria que mas bien era una waterful!!. Un torrente de aguas marrones deslizandose entre unas rocas; nada del otro mundo. Decepcionana voy a ver un templo. Este wat, cuyo nombre significa Gruta que va al cielo, consta de dos cuevas. Una de ellas acoge un monton de imagenes de buda entre las que destaca la estatua de uno recostado que mide 15m. Fuera hay cientos de monos y el mas retrasado de su especie, un espanholito como no, les da platanos para hacerse la foto. Que gracioso el tipo. Acaso no sabe que no es recomenable hacer eso? Pues no, no parece saberlo. "Ojala le den un mordisco en los huevos", pienso. Por listo. Y si, a veces soy mala.
Cuando doy por concluida esta visita, cojo de nuevo la moto y me voy unos kilometros mas alla, a otro parque forestal. Este se caracteriza por un sendero de 2/3kms que discurre paralelo al rio, donde cada poco puedes ver una cascada. Cualquiera de ellas es mucho mas bonita que la primera que vi. Nada mas adentrarme en la foresta rompo a sudar. La humedad ambiente debe de alcanzar el 95% por lo menos. Y no exagero. El bosque es impresionante, en su frondosidad: bambu, palmas, arboles altisimos...todo es verde a mi alrededor.Increible. En el camino me acompanhan dos adolescentes que se van parando en las pozas para refrescarse. Uno de ellos trata de entablar conversacion conmigo dentro de lo que su ingles le posibilita. Parecen simpaticos. Al llegar al final nos encontramos con la cascada mas grande, aunque tampoco es que llame la atencion por su magnitud, pero si que es bonita. Los chicos se acercan a donde cae el agua. Apenas meten los pies y las manos y ya son atacados por las anguijuelas. Iuuuu, no puedo con estos bichos. Uno me anima a meterme pero cuando veo a esos animalejos, se me quitan las ganas, la verdad.
Por la tarde cojo un autobus para ir a Khao Lak. El tiempo parece haberse detenido en este dia. Apenas son las 15'30h!! El trayecto hasta alli es largo, especialmente porque lo que tenia que ser una hora se convierte en 4. Al parecer, el bus nos lleva a un lugar mas al norte, donde tenemos que coger otro bus para retroceder hasta Khao Lak. Y para eso, tenemos que esperar dos horas en la terminal. Esto enfada especialmente a la americana que he encontrado en el bus. Lleva no se cuantas horas viajando de bus en bus desde Malasia, a donde ha ido a renovar su visa. Esta furiosa. Para mas in, su novio le comunica que ha perdido las unicas llaves que tienen de casa. Toma ya. La pobre ya se lo toma a risa. Menos mal.
Llego a Khao Lak. Socorro, esto es Guirilandia II (la I es Phuket). El pueblo es una unica calle la cual esta llena de turistas y carpas. Parece la Semana Negra pero en pequenho, concurso de Misses incluido. No doy credito. Encima los lugares para dormir son carisimos y a estas horas, ya cerca de las diez, no es momento de pillar un taxi para ir en busqueda de los lugares que recomienda la guia y que estan cerca de la playa. Sera mejor recuperar fuerzas si el barullo y el concierto malo malisimo de reggae lo permiten.
El dia amanece nublado. Las nubes amenazan con lluvia. No me confundo. Haber nacido en Asturias te da cierta sabiduria respecto al cielo, supongo. Parte del trayecto de regreso a Phang-Nga lo hacemos bajo el agua, aunque afortunadamente no tarda en escampar. De vuelta en el pueblo decido alquilar un scooter para ir a recorrer los alrededores. Quiero ver una cascada que hay cerca. Me pierdo buscandola (como no) pero finalmente doy con ella, despues de tratar de hacerme entender con cada aldeano que encontraba en mi camino. Vaya "waterfall"! Yo diria que mas bien era una waterful!!. Un torrente de aguas marrones deslizandose entre unas rocas; nada del otro mundo. Decepcionana voy a ver un templo. Este wat, cuyo nombre significa Gruta que va al cielo, consta de dos cuevas. Una de ellas acoge un monton de imagenes de buda entre las que destaca la estatua de uno recostado que mide 15m. Fuera hay cientos de monos y el mas retrasado de su especie, un espanholito como no, les da platanos para hacerse la foto. Que gracioso el tipo. Acaso no sabe que no es recomenable hacer eso? Pues no, no parece saberlo. "Ojala le den un mordisco en los huevos", pienso. Por listo. Y si, a veces soy mala.
Cuando doy por concluida esta visita, cojo de nuevo la moto y me voy unos kilometros mas alla, a otro parque forestal. Este se caracteriza por un sendero de 2/3kms que discurre paralelo al rio, donde cada poco puedes ver una cascada. Cualquiera de ellas es mucho mas bonita que la primera que vi. Nada mas adentrarme en la foresta rompo a sudar. La humedad ambiente debe de alcanzar el 95% por lo menos. Y no exagero. El bosque es impresionante, en su frondosidad: bambu, palmas, arboles altisimos...todo es verde a mi alrededor.Increible. En el camino me acompanhan dos adolescentes que se van parando en las pozas para refrescarse. Uno de ellos trata de entablar conversacion conmigo dentro de lo que su ingles le posibilita. Parecen simpaticos. Al llegar al final nos encontramos con la cascada mas grande, aunque tampoco es que llame la atencion por su magnitud, pero si que es bonita. Los chicos se acercan a donde cae el agua. Apenas meten los pies y las manos y ya son atacados por las anguijuelas. Iuuuu, no puedo con estos bichos. Uno me anima a meterme pero cuando veo a esos animalejos, se me quitan las ganas, la verdad.
Por la tarde cojo un autobus para ir a Khao Lak. El tiempo parece haberse detenido en este dia. Apenas son las 15'30h!! El trayecto hasta alli es largo, especialmente porque lo que tenia que ser una hora se convierte en 4. Al parecer, el bus nos lleva a un lugar mas al norte, donde tenemos que coger otro bus para retroceder hasta Khao Lak. Y para eso, tenemos que esperar dos horas en la terminal. Esto enfada especialmente a la americana que he encontrado en el bus. Lleva no se cuantas horas viajando de bus en bus desde Malasia, a donde ha ido a renovar su visa. Esta furiosa. Para mas in, su novio le comunica que ha perdido las unicas llaves que tienen de casa. Toma ya. La pobre ya se lo toma a risa. Menos mal.
Llego a Khao Lak. Socorro, esto es Guirilandia II (la I es Phuket). El pueblo es una unica calle la cual esta llena de turistas y carpas. Parece la Semana Negra pero en pequenho, concurso de Misses incluido. No doy credito. Encima los lugares para dormir son carisimos y a estas horas, ya cerca de las diez, no es momento de pillar un taxi para ir en busqueda de los lugares que recomienda la guia y que estan cerca de la playa. Sera mejor recuperar fuerzas si el barullo y el concierto malo malisimo de reggae lo permiten.
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