Dejo la pension donde me hospedaba y hago un buen desayuno. Con la mochila al hombro voy en busca de alguno de los bungalows que recomienda la guia. Salgo del pueblo y empiezo a dejar atras un resort y otro. Ni rastro de los bungalows. Despues de un largo trozo andado, decido preguntarle a un taxista que esta a las puertas de un complejo hotelero. Acordamos un precio y me lleva hasta la entrada del parque natural que queria visitar y que, en principio, tiene alojamientos en su interior a buen precio. Cuando llegamos alli,el tema no es como lo pintaban, asi que el hombre, muy amablemente, llama a un sitio de los que tengo marcados para preguntar antes de ir, pues el lugar queda a unos 6kms. Carisimo! El taxista, que es un cacho pan, me aconseja. Vamos al segundo bungalow de la lista. Esto es otra cosa. Me quedo y me despido del senhor. Ahora solo tengo que decidir si quiero ir a las Islas Similan o visitar el parque. Casi nada. De cualquier modo, he pagado dos noches en el hotel porque los toures y los buses a Krabi (donde me quiero ir despues) solo salen por la manhana. Haga lo que haga, me tengo que quedar por aqui.
Mientras me decido y no, voy a ver la playa y a darme un banho. Empieza a chispear y me voy molesta. "Maldito tiempo", pienso. Busco un bar rasta que he visto en un cartel. Una cerveza fresca y un poco de reggae siempre es un buen plan. Mientras busco el bar encuentro un restaurante/hostel donde alquilan bicis de montanha. Bien! La verdad es que pensaba que la gente aqui andaria mas en bici pero la mayoria se desplaza en moto, coche o camioneta-bus (seguro que tiene un nombre pero aun no lo se). Cojo la bici y el duenho del sitio, un aleman que lleva aqui 21 anhos, me recomienda cambiar el parque por una cascada que hay 10kms al sur. Le hago caso. Voy a cambiarme y a comer. Como no, empieza a llover. Torrencialmente. Que rabia! Hago siesta esperando que pare. Y si, para. Sin demora, empiezo a pedalear en busca de la susodicha cascada. Por la carretera secundaria por la que me desplazo apenas hay casas ni coches. Es un gusto. El tramo final de subida a la cascada es tan empinado, pedregoso y resbaladizo que tengo que hacerlo con la bici en la mano. Solo pienso en la bajada Por fin llego. Impresionante, la mas bonita que he visto hasta ahora. Ahora a dar la vuelta. Me monto y para abajo. Uau! Es la leche. No hay miedo, solo emocion. Es excitante. A veces pienso que, entre ir a Campocaso de maraton fotografica y subir sola a la montanha y esto, mi padre, que es mi angel, tiene que estar agotado.
Llego sucia y sudada hasta la medula pero encantada de la vida. Una ducha, una cena, un paseo para contratar la excursion de manhana (por fin decidi) y a dormir.
Me levanto temprano. Me vienen a recoger al hotel. A mi y a otros 4 turistas mas nos llevan al puerto, donde tenemos que esperar a toda la panda de guiris que iremos hoy a las islas. Si Martin Parr estuviera aqui estaria encantado. Pero yo, que no soy el, me corto de hacer algunas fotos. Que pena; tengo que superar esto.
Cuando por fin estamos todos nos dividen en dos grupos. Despues de una hora en una fueraborda a todo gas, llegamos a una isla donde buceamos un rato. Luego a otra, a comer y descansar. De nuevo a bucear. A una cuarta isla a la playa o a subir a unos penhones (lo que obviamente yo elegi; ya sabeis: la cabra tira al monte). Esto de ir de aca a alla con horarios marcados y en plan borregos me mata, pero es la opcion. Si no puedes con ellos, unete a ellos. Es lo que hay. Pero finalmente merecio la pena. El fondo marino es espectacular. Hay corales y cientos de peces de todos los tamanhos, colores y formas. En mi vida he visto nada igual. Es increible la naturaleza. Estoy fascinada.
Reresamos temprano y me voy a ver el atardecer a la playa. Hoy no ha llovido. Supongo que habia puesto tanta energia en que fuera asi que asi fue. Soy afortunada.
Mientras me decido y no, voy a ver la playa y a darme un banho. Empieza a chispear y me voy molesta. "Maldito tiempo", pienso. Busco un bar rasta que he visto en un cartel. Una cerveza fresca y un poco de reggae siempre es un buen plan. Mientras busco el bar encuentro un restaurante/hostel donde alquilan bicis de montanha. Bien! La verdad es que pensaba que la gente aqui andaria mas en bici pero la mayoria se desplaza en moto, coche o camioneta-bus (seguro que tiene un nombre pero aun no lo se). Cojo la bici y el duenho del sitio, un aleman que lleva aqui 21 anhos, me recomienda cambiar el parque por una cascada que hay 10kms al sur. Le hago caso. Voy a cambiarme y a comer. Como no, empieza a llover. Torrencialmente. Que rabia! Hago siesta esperando que pare. Y si, para. Sin demora, empiezo a pedalear en busca de la susodicha cascada. Por la carretera secundaria por la que me desplazo apenas hay casas ni coches. Es un gusto. El tramo final de subida a la cascada es tan empinado, pedregoso y resbaladizo que tengo que hacerlo con la bici en la mano. Solo pienso en la bajada Por fin llego. Impresionante, la mas bonita que he visto hasta ahora. Ahora a dar la vuelta. Me monto y para abajo. Uau! Es la leche. No hay miedo, solo emocion. Es excitante. A veces pienso que, entre ir a Campocaso de maraton fotografica y subir sola a la montanha y esto, mi padre, que es mi angel, tiene que estar agotado.
Llego sucia y sudada hasta la medula pero encantada de la vida. Una ducha, una cena, un paseo para contratar la excursion de manhana (por fin decidi) y a dormir.
Me levanto temprano. Me vienen a recoger al hotel. A mi y a otros 4 turistas mas nos llevan al puerto, donde tenemos que esperar a toda la panda de guiris que iremos hoy a las islas. Si Martin Parr estuviera aqui estaria encantado. Pero yo, que no soy el, me corto de hacer algunas fotos. Que pena; tengo que superar esto.
Cuando por fin estamos todos nos dividen en dos grupos. Despues de una hora en una fueraborda a todo gas, llegamos a una isla donde buceamos un rato. Luego a otra, a comer y descansar. De nuevo a bucear. A una cuarta isla a la playa o a subir a unos penhones (lo que obviamente yo elegi; ya sabeis: la cabra tira al monte). Esto de ir de aca a alla con horarios marcados y en plan borregos me mata, pero es la opcion. Si no puedes con ellos, unete a ellos. Es lo que hay. Pero finalmente merecio la pena. El fondo marino es espectacular. Hay corales y cientos de peces de todos los tamanhos, colores y formas. En mi vida he visto nada igual. Es increible la naturaleza. Estoy fascinada.
Reresamos temprano y me voy a ver el atardecer a la playa. Hoy no ha llovido. Supongo que habia puesto tanta energia en que fuera asi que asi fue. Soy afortunada.
He hechado en falta algún detalle de esa cascada tan impresionante...
ResponderEliminarEspero que no te cortes mucho con las fotos porque será, probablemente, la única forma en la que viajaré a esos lares!!
Tu madre te manda un beso, sigue tu blog aunque aún no ha encontrado hueco para conectarse así que se lo llevo en papel, a lo tradicional ;-) , pero esta semana quedaré con ella porque te quiere escribir esas cosas que dicen las madres. Bsns. Yaya