martes, 12 de enero de 2010

Virxilio Vieitez

En la línea de conocer retratistas, esta vez me he fijado en Virxilio Vieitez (1930-2008). Este gallego era un fotógrafo rural que sólo trabajaba por encargo. Concebía el trabajo de fotógrafo como el de un notario: dar fé de la realidad, ser testimonio de ésta.
Al analizar sus retratos podemos apreciar las siguientes características comunes a todos ellos:

  • Escoge el lugar y la posición de los sujetos así como los elementos que introduce: son elementos cotidianos pero que a veces saca de su contexto, de manera que al introducirlos en el nuevo y tratarlos con gran solemnidad, torna casi mágicas sus imágenes.
  • Coloca la cámara vertical y frontalmente a los retratados, a quienes coloca en el centro simétricamente. Cuando hay más de una persona, las ubica en dos planos diferenciados, basándose en el rol que cada cual asume en la familia.
  • Los sujetos aparecen rígidos y verticales, como muestra de respeto y falta de familiaridad entre ellos y el fotógrafo. Como resultado, la imagen obtenida es de gran hieratismo, vinculado a la solemnidad atribuida al acto de retratarse. No existen apenas poses con apariencia de naturalidad. No hay más relación entre los personajes que la que establecen mediante los brazos y las manos que simbólicamente representan la relación existente entre ellos.
  • La mirada de los retratados es directa y seria.
  • Usa una luz difusa.
Vieitez tiene también retratos de busto (plano medio-corto) que comenzó a hacer debido a la imposición del carnet de identidad. Para ello usa un fondo blanco para aislar al individuo del entorno; el resto de los condicionamientos para hacer las tomas son las mismas que las citadas anteriormente.
Me gustaría destacar que este fotógrafo conocía perfectamente el material que usaba. No disponía de fotómetro pero seleccionaba la exposición a la perfección, ya que sólo realizaba las tomas indispensables (rara vez hacía más de dos). Es curioso pensar en los tiempos que corren, que en aquella época en Soutelo (donde hizo gran parte de sus fotos) no existía agua corriente por lo que lavaba tanto los negativos como los positivos en las fuentes o los ríos.
Esta información ha sido extraída del númera que la revista Photovision le dedica.

2 comentarios:

  1. A miles de kilometros de Soutelo, en Bamako (Malí), otro gran fotógrafo trabajó en la misma línea. Seydou Keïta.

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  2. Sí, lo leí en el libro de Vieitez. Tengo que echarle un ojo porque además me da mucha curiosidad ver qué se hace fuera de los países enriquecidos.

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