Hace dias que no escribo y se me van acumulando las historias que contar. Podria empezar diciendo que Renata y yo estuvimos un dia en Battambang, la tercera ciudad en importancia en este pais. Aun asi, no es frecuente ver por sus calles viajeros ni turistas y tampoco es que abunden las actividades o lugares para visitar, pero no por ello deja de resultar un lugar interesante. En un tuk-tuk nos fuimos a ver una colina en cuya cumbre hay un templo que durante la dictadura de Pol Pot fue convertido en prision. Para alcanzarlo tuvimos que hacer la ascension en moto. Tres en la carretera: como autenticas camboyanas compartimos una moto con el conductor-guia. Fue divertido.
No lejos de alli se haya una gruta donde se asesinaba a bocajarro o con golpes en la nuca a los opositores al regimen para luego arrojar sus cuerpos desde lo alto hasta sus profundidades. En la actualidad, en la cueva se ha creado un pequeño santuario donde se guardan craneos y huesos de algunos de los muertos. Espeluznante.
Todavia se mantiene en uso el tren de bambu, una pequeña plataforma realizada con troncos de dicho arbol sobre ruedas de hierro que avanza veloz (puede alcanzar los 70km/h) sobre una estrecha via. Solo tiene un unica direccion con lo cual surge un problema al encontrarse con otro tren: alguien tiene que ceder el paso. Los pasajeros y el maquinista se apean de la plataforma y rapidamente se desmonta para volver a montarla y continuar el trayecto. Los camboyanos emplean este medio de transporte para ir y venir entre los campos de cultivo. El viaje para nosotras finaliza en un pueblecito con apenas 10 casas donde hay una pequeña factoria para descascarillar el arroz. Los niños acuden corriendo a nuestro encuentro, ansiosos por practicar su escaso ingles. "What's your name?, where are you from?, how old are you? ". Nos bombardean con preguntas que pronto se acaban y nos agasajan con presentes de su propia creacion. Me cogen de las manos e introducen anillos hechos con hojas de banano en mis dedos. Ellos no lo saben pero me estan haciendo un bonito regalo de cumpleños. Gracias.
Dos niñas se pelean entre ellas por jugar conmigo al badminton mientras otras permanecen alrededor de Renata y los niños se divierten con las canicas. Charlamos como buenamente podemos con una joven madre. Tiene 29 años, tres hijos y un marido diez años mayor que le ha sido impuesto. "Husband no good, no good", nos dice. No puedo dejar de imaginar lo que ha de sentir esta muchacha cada dia al encontrarse cara a cara con su destino. No puedo sino intuir como se ha de sentir cuando conversamos y tanto ella como nosotras nos hacemos conscientes de cuan grande es el abismo que nos separa y lo angosto que es el vinculo que nos une: ser mujer.
El dia se acaba yendo a una funcion circense. Como ya conte, fuimos al ver un espectaculo de un circo social que trabaja aqui. Gratos recuerdos vienen a mi mente; momentos, personas y emociones regresan al presente. Fue bonito mientras duro. Un tiempo y un sueño que quedo atras pero una experiencia y un bagaje que aun perdura.
Al dia siguiente Renata y yo nos separamos. Nuestro camino se bifurca: ella va hacia Tailandia y yo a Phom Penh. El autobus que ha de llevarme a la capital es local. Soy la ultima en subirme. Solo queda un sitio atras del todo y en el medio, frente al pasillo. Camino hacia el fondo y las cabezas se giran para verme pasar. Los adultos me sonrien y los chiquillos se sorprenden. Me siento entre cuatro hombres flanqueada a la derecha por un joven galan y a la izquierda por un viejo con dientes de oro y por ende con una sonrisa dorada. Abro un libro y se interesan por mi lectura, la miran curiosos, pero el calor y el traqueteo boicotean mi intencion literaria y pronto lo cierro. La comunicacion entre nosotros es dificil porque no hay mas lenguaje en comun que el gestual. Las risas abundan lo que siempre resulta una buena señal. Saco el mp3 y tambien eso les llama la atencion. Comparto mi musica con ellos. Se entusiasman al son de la Orchestra Baobab y de Muchachito Bombo Infierno. Tanto es asi que el joven no puede reprimir marcar el ritmo con sus pies o con la cabeza. Es alentador ver que les gusta.
El viaje es largo y pesado. Hace calor y el aire acondicion...El aire es a condicion de la temperatura exterior y del numero de ventanillas abiertas, mas bien escaso por apenas existentes. En las 5h que dura el trayecto ninguno de los crios que viajan entre nosotros ha llorado, gritado o comportado malamente. Es como en Guatemala, cuando las mamas acudian a los talleres formativos cargando a sus retoños a sus espaldas o teniendolos a su vera y estos no se hacian notar. Reflexiono sobre esto llegando a la conclusion de que algo debemos de estar haciendo mal cuando nuestros hijos a veces se comportan como pequeños tiranos e insoportables maleducados.
Cuando por fin llegamos a Phom Penh estoy muy cansada. Busco una guest house y pronto me instalo. Salgo a pasear; esta atardeciendo y es buen momento para hacerlo. En medio de una amplia avenida que lleva al paseo fluvial los habitantes de esta ciudad caminan en manada, hacen footing, juegan a algo o simplemente charlan. Al otro lado de la carretera la grupos de jovenes practican aerobic y coreografias en grupo. La musica consigue alzarse sobre el ruido del trafico, convirtiendo el estruendo de los cientos de ciclomotores en un simple zumbido. Aqui cruzar la calle se convierte en un deporte de riesgo. Me cuestiono si no sera mejor pillar una bici y unirse a la circulacion rodada que mantenerse como peaton... No obstante y aunque parezca mentira, prefiero seguir sobre mis pies. Por ahora.
Ayer segui vagabundeando por la ciudad. Me tiene atrapada; no se por que me resulta tan atractiva. Supongo que porque me resulta llamativa por lo diferente, porque lo nuevo se mezcla con lo viejo y la opulencia con lo pauperrimo. Los extremos aqui se conjugan. Me dejo llevar y me voy parando a cada nuevo descubrimiento. Si sigo de este modo necesitare otro dia mas. Incluso llego a plantearmelo y no me importa. Me topo con una exposicion de foto que me lleva a otra y a otra. Que casualidad. En mi cabeza empiezan a brotar nuevos proyectos. Habra que postergar alguno de nuevo, como por ejemplo el de ser mama-pato, es decir, la maternidad. No por falta de ganas, no, porque tengo el reloj ese biologico (si es que existe de verdad) a flor de piel, sino por falta de papa-pato y otros medios*. Pero no me preocupa. Si ha de ser, sera. Aparco ese deseo y me centro en Camboya. Quiero conocerla en mayor profundidad, tal vez recorrerla en bici y retratar lo que veo. Puede ser. No es un mal objetivo para la proxima estacion seca, verdad?**
Y hoy toca culturizarse un poquito mas. Visita obligada al Palacio Real. Ya que me he dejado el de Bangkok, me obligo a ver este. Tambien el Museo Nacional, donde hay una gran coleccion de esculturas jemeres y otros objetos. Por la tarde, osea ahora, me gustaria ir a los campos de exterminio y al museo Tuol Sleng, anteriormente una Prision de Seguridad, la S-21. No me apetece mucho ver mas horrores de la Guerra pero se que tengo que hacerlo, forma parte de su historia mas reciente.
Inspiro profundamente, me dispongo a cerrar internete y a continuar este dia, a ver que me depara.
(*) Seguro que mi madre se pone contenta al oirme por fin decir esto y pensar que tal vez algun dia la haga abuela. Je!
(**) Probablemente esta otra idea no la haga tan feliz...
No lejos de alli se haya una gruta donde se asesinaba a bocajarro o con golpes en la nuca a los opositores al regimen para luego arrojar sus cuerpos desde lo alto hasta sus profundidades. En la actualidad, en la cueva se ha creado un pequeño santuario donde se guardan craneos y huesos de algunos de los muertos. Espeluznante.
Todavia se mantiene en uso el tren de bambu, una pequeña plataforma realizada con troncos de dicho arbol sobre ruedas de hierro que avanza veloz (puede alcanzar los 70km/h) sobre una estrecha via. Solo tiene un unica direccion con lo cual surge un problema al encontrarse con otro tren: alguien tiene que ceder el paso. Los pasajeros y el maquinista se apean de la plataforma y rapidamente se desmonta para volver a montarla y continuar el trayecto. Los camboyanos emplean este medio de transporte para ir y venir entre los campos de cultivo. El viaje para nosotras finaliza en un pueblecito con apenas 10 casas donde hay una pequeña factoria para descascarillar el arroz. Los niños acuden corriendo a nuestro encuentro, ansiosos por practicar su escaso ingles. "What's your name?, where are you from?, how old are you? ". Nos bombardean con preguntas que pronto se acaban y nos agasajan con presentes de su propia creacion. Me cogen de las manos e introducen anillos hechos con hojas de banano en mis dedos. Ellos no lo saben pero me estan haciendo un bonito regalo de cumpleños. Gracias.
Dos niñas se pelean entre ellas por jugar conmigo al badminton mientras otras permanecen alrededor de Renata y los niños se divierten con las canicas. Charlamos como buenamente podemos con una joven madre. Tiene 29 años, tres hijos y un marido diez años mayor que le ha sido impuesto. "Husband no good, no good", nos dice. No puedo dejar de imaginar lo que ha de sentir esta muchacha cada dia al encontrarse cara a cara con su destino. No puedo sino intuir como se ha de sentir cuando conversamos y tanto ella como nosotras nos hacemos conscientes de cuan grande es el abismo que nos separa y lo angosto que es el vinculo que nos une: ser mujer.
El dia se acaba yendo a una funcion circense. Como ya conte, fuimos al ver un espectaculo de un circo social que trabaja aqui. Gratos recuerdos vienen a mi mente; momentos, personas y emociones regresan al presente. Fue bonito mientras duro. Un tiempo y un sueño que quedo atras pero una experiencia y un bagaje que aun perdura.
Al dia siguiente Renata y yo nos separamos. Nuestro camino se bifurca: ella va hacia Tailandia y yo a Phom Penh. El autobus que ha de llevarme a la capital es local. Soy la ultima en subirme. Solo queda un sitio atras del todo y en el medio, frente al pasillo. Camino hacia el fondo y las cabezas se giran para verme pasar. Los adultos me sonrien y los chiquillos se sorprenden. Me siento entre cuatro hombres flanqueada a la derecha por un joven galan y a la izquierda por un viejo con dientes de oro y por ende con una sonrisa dorada. Abro un libro y se interesan por mi lectura, la miran curiosos, pero el calor y el traqueteo boicotean mi intencion literaria y pronto lo cierro. La comunicacion entre nosotros es dificil porque no hay mas lenguaje en comun que el gestual. Las risas abundan lo que siempre resulta una buena señal. Saco el mp3 y tambien eso les llama la atencion. Comparto mi musica con ellos. Se entusiasman al son de la Orchestra Baobab y de Muchachito Bombo Infierno. Tanto es asi que el joven no puede reprimir marcar el ritmo con sus pies o con la cabeza. Es alentador ver que les gusta.
El viaje es largo y pesado. Hace calor y el aire acondicion...El aire es a condicion de la temperatura exterior y del numero de ventanillas abiertas, mas bien escaso por apenas existentes. En las 5h que dura el trayecto ninguno de los crios que viajan entre nosotros ha llorado, gritado o comportado malamente. Es como en Guatemala, cuando las mamas acudian a los talleres formativos cargando a sus retoños a sus espaldas o teniendolos a su vera y estos no se hacian notar. Reflexiono sobre esto llegando a la conclusion de que algo debemos de estar haciendo mal cuando nuestros hijos a veces se comportan como pequeños tiranos e insoportables maleducados.
Cuando por fin llegamos a Phom Penh estoy muy cansada. Busco una guest house y pronto me instalo. Salgo a pasear; esta atardeciendo y es buen momento para hacerlo. En medio de una amplia avenida que lleva al paseo fluvial los habitantes de esta ciudad caminan en manada, hacen footing, juegan a algo o simplemente charlan. Al otro lado de la carretera la grupos de jovenes practican aerobic y coreografias en grupo. La musica consigue alzarse sobre el ruido del trafico, convirtiendo el estruendo de los cientos de ciclomotores en un simple zumbido. Aqui cruzar la calle se convierte en un deporte de riesgo. Me cuestiono si no sera mejor pillar una bici y unirse a la circulacion rodada que mantenerse como peaton... No obstante y aunque parezca mentira, prefiero seguir sobre mis pies. Por ahora.
Ayer segui vagabundeando por la ciudad. Me tiene atrapada; no se por que me resulta tan atractiva. Supongo que porque me resulta llamativa por lo diferente, porque lo nuevo se mezcla con lo viejo y la opulencia con lo pauperrimo. Los extremos aqui se conjugan. Me dejo llevar y me voy parando a cada nuevo descubrimiento. Si sigo de este modo necesitare otro dia mas. Incluso llego a plantearmelo y no me importa. Me topo con una exposicion de foto que me lleva a otra y a otra. Que casualidad. En mi cabeza empiezan a brotar nuevos proyectos. Habra que postergar alguno de nuevo, como por ejemplo el de ser mama-pato, es decir, la maternidad. No por falta de ganas, no, porque tengo el reloj ese biologico (si es que existe de verdad) a flor de piel, sino por falta de papa-pato y otros medios*. Pero no me preocupa. Si ha de ser, sera. Aparco ese deseo y me centro en Camboya. Quiero conocerla en mayor profundidad, tal vez recorrerla en bici y retratar lo que veo. Puede ser. No es un mal objetivo para la proxima estacion seca, verdad?**
Y hoy toca culturizarse un poquito mas. Visita obligada al Palacio Real. Ya que me he dejado el de Bangkok, me obligo a ver este. Tambien el Museo Nacional, donde hay una gran coleccion de esculturas jemeres y otros objetos. Por la tarde, osea ahora, me gustaria ir a los campos de exterminio y al museo Tuol Sleng, anteriormente una Prision de Seguridad, la S-21. No me apetece mucho ver mas horrores de la Guerra pero se que tengo que hacerlo, forma parte de su historia mas reciente.
Inspiro profundamente, me dispongo a cerrar internete y a continuar este dia, a ver que me depara.
(*) Seguro que mi madre se pone contenta al oirme por fin decir esto y pensar que tal vez algun dia la haga abuela. Je!
(**) Probablemente esta otra idea no la haga tan feliz...
Que bueno volver a saber de ti! Nartus. Tengo muchas ganas de ver fotos y comprobar si lo que nos haces imaginar se asemeja a la realidad.
ResponderEliminarMe alegro de que sigas disfrutando tanto.
Hoy hemos estado en la nieve con Sagra, Oier...un día hermoso.No te preocupes que todavía queda mucha nieve para cuando vuelvas.
Te mando un besote enorme.Sigue con tus
reflexiones pero sin agobios eh??