Stones, stones, stones.

O lo que es lo mismo, templos, templos y mas templos. Piedras hermosamente labradas, al detalle trabajadas y colocadas una sobre la otra de manera que forman edificios magnificos por su tamanho y disenho arquitectonico. Una vez mas te preguntas ante tales visiones como pudieron hacer semejantes obras en su tiempo, sin los medios actuales y con instrumentos rudimentarios. Es increible. Pero no fue precisamente la solemnidad o la grandeza de templos tales como el de Angkor Wat o Angkor Thom lo que mas me llamo la atencion sino la fuerza de la naturaleza, tal y como queda demostrado en el Ta Prohm. Este es un templo budista construido a partir de 1186 y dedicado a la madre de un rey llamado Jayavarman VII. Parte se mantiene en pie y parte esta destruido. Las raices de arboles altisimos surgen de lugares insospechados, colandose entre las piedras y abrazando los muros hasta engullirlos o derrumbarlos. La natura indomable, incontenible. Es como si de repente estuvieras contemplando el resultado de una batalla entre lo humano y la Tierra. Gaia es la vencedora. Siempre lo sera. Porque es mas fuerte y mas sabia, porque al fin y al cabo es nuestra madre, la que nos proporciona alimento y hogar pero tambien nos castiga cuando nos comportamos mal. Por eso a veces tiene que recordarnos cual es nuestro lugar y hacerse respetar.

Renata y yo hemos recorrido cerca de 50kms estos dos dias en bici bajo un sol de justicia para llegar de un templo a otro y dejarnos maravillar. Menos mal que es zona de selva y la sombra es abundante aunque la brisa sea escasa.

Camboya es realmente un pais empobrecido y es frecuente la mendicidad. Es la unica salida que parece haber para multitud de personas mutiladas por las minas de tierra. Es realmente terrible. Muchas de estas personas, especialmente varones, forman pequenhos grupos de musica que se aposientan en el camino que lleva a los templos. Tocan solo al paso de los turistas. Suena la misma melodia una y otra vez, repetitiva. Repetitiva es tambien la llamada de las ninhas y las mujeres para captar tu atencion. "Lady, lady", gritan sin cesar. Incluso antes de que aparques tu bicicleta te ves rodeada de ninhos y ninhas de todas las edades tratando de venderte bebida, postales, pulseras o cualquier otro souvenir.

A veces te sientes como si llevaras en la frente el simbolo del dolar. Pero aun asi, no puedes perder la sonrisa ni la amabilidad. No se lo merecen. Solo podemos dar gracias por ser asi de afortunados como somos.